Aviso: No conseguí el fragmento que quería completo y
subtitulado, así que subo la película entera. Mi nota abarca desde el minuto
1:12:35 al 1:18:57. Hay imágenes bastante fuertes, así que el que sea
impresionable puede dejar de mirar en el minuto 1:16:30; no voy a profundizar
sobre lo que pasa después, pero me parece importante que lo vean los que tengan
ganas.
Antes que nada, quiero establecer un par de cosas que pueden
ayudar a quienes no hayan visto la película a comprender el video y la nota a continuación.
El hombre que habla, grita y canta, a pesar de lo que él mismo dice, es Pink.
Frecuenta alucinaciones y nada en su cabeza está muy claro, lo que produce que,
al estar (la película) contada desde su perspectiva, lo que pasa pueda ser real
o no. El es una estrella de rock con muchos fans y seguidores, lo que explica
la cantidad de gente en el público, y quizá también su fanatismo. El resto
lo dejo a su criterio.
Esta es, creo yo, la crítica social más grande de la
película. Muestra como el fanatismo puede lograr que la gente actúe fuera de
sí; y cuando son grandes grupos de personas, se puede poner muy peligroso. Se
ve como las masas pueden ser dominadas fácilmente por una sola persona,
haciendo que sigan los ideales y
alcancen las metas de quien esté al mando, imposibles e irrealizables sin un
ejército a su disposición.
Cuando Pink entra al teatro pasa caminando entre la
multitud saludando a todos a su alrededor, quienes se muestran agradecidos por
recibir su bendición, al igual que muchos líderes políticos a lo largo de la
historia. Vale aclarar que es seguido por varios guardias que lo protegen y le abren
paso entre la muchedumbre. En este poco tiempo se revelan muchas cosas. Primero, vemos
como Pink, sus guardias, algunos de los seguidores e incluso los bebes están
uniformados de una forma muy particular, y con una bandas en los brazos que
imitan a la esvástica, característica del nazismo. También podemos ver entre la
gente hombres vestidos como los integrantes del Ku Klux Klan. El afán de la
gente por saludar o tener una ínfima conexión (aunque sea una mirada) con su
“líder” también es propio de las manifestaciones políticas tanto de Hitler como
de Mussolini, Stalin, Lenin, Perón y hasta nuestra presidenta. Hay una
similitud en la forma de apelar al público de todos estos líderes (y muchos
más) y es, a su vez, parecida a la que se ve en la película. Cuando Pink llega
al escenario es recibido con una ovación y lo saludan haciendo señas también características
del nazismo. Después, forma una equis con los brazos y la multitud responde imitándolo.
Cuando finalmente llega al micrófono, dice que quiere ver quiénes
son "realmente sus fans" y empieza a ordenarles que saquen por la fuerza a
personas por ser negros, homosexuales, judíos, porque tienen pecas o simplemente
porque le parecen raros. Estos obedecen y se abalanzan sobre aquellos que su
líder señaló como impropios e inferiores, orgullosos de poder colaborar, y los “ponen
contra la pared” (metáfora de gran importancia en la película). Para cerrar el
discurso dice “si fuese por mí, les pegaría un tiro a todos ustedes”, lo que
provoca un estallido de aplausos y ovaciones, cantos de “Hammer, Hammer, Hammer”
(nombre del grupo musical o, después de eso, un grupo político emergente) y la señal
de la equis que los representa.
Este fragmento de la película es una imitación exagerada (o no tanto) de lo que paso en las dictaduras que parecen muy distantes pero que fueron hace muy poco. Es fácil entender comportamientos ahora impensables y ridículos de hace siglos, por que pensamos "Eso era antes, ahora el mundo es distinto". Pero cuando son de hace poco más de cincuenta años (como fue la segunda guerra mundial), esa excusa deja de tener sentido. Además, el fanatismo no es algo que solo existió en el nazismo, fascismo, u otras grandes movilizaciones de nivel mundial. El fanatismo existe hoy, y va a seguir existiendo. Queda muy claro en La Ola que no somos tan distintos a quienes apoyaron a Hitler o a Mussolini, y que podemos ser fácilmente movilizados sin importar los ideales que sigamos. También se ve claramente que no es necesario ocupar un cargo
de gobierno para hacer que la gente te escuche y obedezca.
¿Cuántas veces escuchamos que un simpatizante de tal equipo
fue asesinado en una pelea de equipos (o entre los del mismo equipo) durante un
partido de fútbol? ¿Y cuántas de estas veces escuchamos que el responsable está
cumpliendo su sentencia en la cárcel? Sin duda la respuesta a la primera
pregunta es un número más grande que la respuesta de la segunda. ¿No es
fanatismo esto? ¿No es contra la ley? ¿No es antihumano? Como lo veo yo, matar siguiendo
ideologías políticas y matar en una disputa deportiva es lo mismo. Hace unos
meses salieron a la luz fotos de Justin Bieber fumando marihuana, lo que
provocó que muchas chicas subieran fotos suyas cortándose las venas en modo de
protesta para que su ídolo deje de drogarse. Así de fanáticos somos hoy en día.
Entonces lo que muestra la película no es tan exagerado ni tan viejo. La circunstancia cambió, pero el resultado es el mismo.
Lo que sigue en el video es una burla del nazismo bailada y fuertes imágenes
de purgas y golpizas realizadas por los seguidores de Pink. No voy a profundizar sobre eso
porque creo que las imágenes dicen mucho más de lo que yo pueda decir.
Después de ver todo esto, yo no puedo entender como veo
gente en la calle con remeras del logo de Hammer ni como la gente imita a Roger
Waters (creador de la película) cuando hace la “equis” en los recitales. Y mucho menos, como seguimos creyendo que esto es algo de antes.